Es alarmante la cantidad de mujeres que se complican por el uso del Cytotec (misoprostol) para abortar.

Cuando una mujer se enfrenta a un embarazo no deseado se empieza a formar un caldo de cultivo perfecto para que este acontecimiento termine en una fatalidad, con frecuencia llegan a los centros hospitalarios pacientes que se complicaron después de usar cytotec como abortivo; el problema real radica en aquellas que no alcanzan a llegar.

El carácter clandestino de las maniobras abortivas se convierte en el peor enemigo de las mujeres que desean interrumpir un embarazo, pues muchas de ellas esperan hasta que es demasiado tarde para acudir a los centros hospitalarios, lo anterior movido por un sentimiento de miedo legal, vergüenza, temor a la censura familiar, o lo que es peor incapacidad de desplazamiento por presentar un estado de salud muy deteriorado. Convirtiéndose el consumo del desafortunadamente famoso Cytotec en una condena a muerte.

Hoy día existen leyes del estado, que protegen a estas mujeres, desafortunada mente no se divulgan de manera conveniente, lo que provoca que muchas de ellas acudan a maniobras abortivas poco a nada seguras que pueden provocarle secuelas muy lamentables o lo que es peor, la muerte.